¡Huy!

¡Huy!

¡Huy! Es que si me asomo a tus cabellos brillantes me derrito como chocolate a la paila, como hielo al sol y como helado en tu cuerpo... si, en tu cuerpo, que lo único que me dice es que debo mirar tus ojos, castaños y encantadores como una uva, sabrosa y negra que brilla a la luz de un sol agotador o como la luz de la luna reflejada en una lago de bellas profecías o como el sol en medio de un millar de estrellas... estrellas que me indican el camino... me gritan que debo ser más expresivo, sin cortar pequeños gestos, sin cortar pequeñas conversaciones en caminos.

¡Huy! Es que mirarte a la cara me hace no pensar... me hace pensar... me hace desvariar… no sé que me hace... as, ciertos gestos, ciertas cosas que quisiera decir, que quisiera hacer... Mirarte a la cara me hace querer tocarte... querer abrazarte... querer besarte... ¡Huy! Si no sé qué hacer... me pongo nervioso, débil, incrédulo... me baja la desconfianza, esa que nunca se asoma a mí, excepto... si, excepto cuando te asomas... o cuando me asomo...

¡Huy! Si besarte se me hace imposible... repetir esa sensación, ese roce de nuestros labios no se repetirá jamás... si no me entiendo como quiero entenderme... no me entiendo como debería... no me entiendo como acostumbro hacerlo... NO ME ENTIENDO ¿Cuántas veces he estado en situaciones símiles y en 3 segundos he estado...? ¿Cuántas veces he querido besar a una bruja y sin pensarlo lo he hecho en un santiamén? ¿Cuántas veces he querido distraerme y no lo he hecho porque me distraen? ¿Cuántas veces me haré preguntas por tú culpa? ¿Cuántas veces más querré besarte y no lo haré porque soy un niño que no puede hacerlo? ¿Cuántas veces más te besaré y mi consciencia remorderá el sentido común? ¿Cuántas veces más intentaré besarte... y no lo haré... porque no puedo? NO PUEDO... No entiendo...

¡Huy! Si no entiendo mi vida. Si quiero tomarte entre mis brazos y dejar de hacer estupideces... quiero decirte de una vez que me gustas como me gustan todas, pero que me gustas como ninguna otra. No entiendo por qué no mandar todo a la misma... ¿Por qué no hacer de mí un maldito? Mejor no... ¿Por qué no sólo ser el que soy siempre... pero más yo? ¿Por qué no ser más “valientito”? jajajaja... ¡Huy! Si estoy puro leseando... si estoy puro calentándome la cabeza... sé que nada malo pasará... todo estará bien.