Mi desprecio
Tu fuerza cayó al mirarle desde abajo, al estar arrodillado y entregarle tu sangre en sus manos... No fuiste capaz de luchar, no fuiste capaz de ser tú mismo e intentar vencer, de reunir vuestras putas fuerzas en tu puño para alzarlo y decir con un grito lleno de valor y propiedad “¡AQUÍ ESTOY YO!” para seguir simplemente adelante, evitando que te pisoteen y maltraten, que te miren en menos y te desgarren.
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