Tu cuerpo...
Tu piel trigueña y tu pelo casi oscuro,
que me hacen notarte en entre todos
con un aire caribeño en un Chile de sol eterno
sin que vea una playa para acompañar.
Tus ojos pardos y tus dulces labios,
con los que a veces puedo jugar...
mientras, unos tiernos y regocijados,
los otros gozosos cuando los beso...
Tu suave cuello y tus hombros bellos,
que me desconcentran de mis labores,
brillando como indiferentes destellos
cuando estamos juntos en aquel templo.
Tus pequeños senos y tus tiernos brazos,
delirio de proporciones desproporcionadas,
pasión de multitudes, algunas mañanas
y en otras tantas tardes o madrugadas...
Tu piel trigueña y tu pelo casi oscuro,
tus ojos pardos y tus dulces labios,
tu suave cuello y tus hombros bellos,
tus pequeños senos y tus tiernos brazos...
tu cuerpo entero son mi tormento,
mi complejo y mi enfermedad...
no lo dejo de pensar, no lo dejo de mirar,
lo añoro, lo busco y te lo imploro,
devuélveme tu cuerpo, tus sonrisa,
tus manos, tus pardos ojos y tus pies,
tus pechos y tus caderas, tus piernas,
tu pelo, tu cintura y tu completa hermosura.
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