Cuando la muerte viste de gloria
Hay noches, en que la muerte sale a bailar,
se viste elegante, se viste para matar,
con miedos que bañaron al mar,
con fuegos ladrones de libertad
y con una guadaña, afilada, sin enfundar.
Hay noches en que la muerte deja su lista,
se fija en los peces gordos de la ciudad,
quienes no han hecho tanto mal,
pero que en el mambo le acompañarán,
rivales dignos de torturar, de asesinar.
Hay noches en que la muerte cae como lluvia,
tronando los cielos y algunos cuellos quizás,
llevando al mito, convertirse en realidad
guiando la oscuridad de la luz
a sucumbir en la frialdad, en la maldad.
Hay noches en que la muerte viste de gloria,
como siempre, matando sin parar,
dando habilidades que nadie jamás tendrá
abriendo pasos al hombre, para que...
otro día, como siempre, vuelva a matar.
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