Manos frías
Tus manos frías en mi cuello
y tu mirada tímida y dulce
tanto como una canción de verano
en la fría primavera de mi pueblo.
Tus manos frías que temen de las mías
y de un gusto por la vida misma que nos ve,
nos ve con más dudas que nosotros a ella
y nos ve locos y perdidos en el momento.
Una mirada dubitativa y una pregunta torpe,
una respuesta extraña y sin sentido: buen final.
Un salto a una piscina sin agua y llena de olas:
a veces es más fácil nadar de lo que parece.
Tus manos frías que no buscan
mis manos que persiguen
las tuyas que se pierden a ratos raros
en una piscina que nos hace nadar.
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