El Camino de la Luna y su canción.
Incansablemente he buscado cuentos rotos o historias que me llenen en días como hoy, en los que divago entre la demencia y las dunas de la desesperación. Un poco títere, un poco tuna, un poco libre como canción.
Entre esos cuentos que encuentro, entre todas las historias de las que algunos se vanaglorian, suelo perder el alma por lesa piel. Me pierdo por descontrolado y cercano, destrozando huellas ciegas, perdiendo el camino, loco por el miedo, loco por la razón, loco por ella, la Luna y su piel.
Cerca de la muerte aterrorizada, que tiñe rojos los recuerdos, entre bambús, pinos y litres negros, todo se oscurece para entregarme a mi juez. La noche avasalladora que desnuda el este, su palidez y sus bestias del placer. Me nublo en la noche, complaciendo a mi tierra, penetrando a la memoria inalcanzable y llenando mi vida... de vida inestable, de demencia tal vez, abrazándome del frío de la noche y corriendo al lugar que no me permitirá volver, arrojándome al vacío... o envolviéndome en su regazo tal vez.
La felicidad se abre ante mi alma, la locura alcanzada es inagotable, la fuente de sabiduría está ante mí, al lado mío y en mi camino, tal como siempre, tal como ayer. Ya decidido a no correr sin cesar, pues ya vivo bajo la luna y su regazo, que me acompaña con su canción para la lucha.
2 comentarios:
Muy hermosas letras ,me gusto pasar por tu blog,Boris,un abrazo.
Gracias Petrova, un gusto que te guste :D un abrazo.
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