La carta a Dios.
Junto con saludarle muy cordialmente, me dirijo a usted a través de la presente, con la intención de contarle sobre mi experiencia en la vida y mi motivación para luchar y esperando de paso, poder recibir su bendición en mi cruzada.
Primeramente, quiero contarle que soy un estudiante de una carrera que me llena el alma en todo sentido, pues siempre he querido servir a las personas y si bien no es una profesión que brille en ese aspecto, yo pienso enfocarla hacia un área relativamente nueva, la Responsabilidad Social y su lucha por la verdad y el bien, pues quiero ser precursor de iniciativas que fomenten las buenas prácticas tanto empresariales como político-sociales, llegando quizás algún día a ejercer en política, pero de la real, de la que transforma para mejor las mismas realidades. Sin embargo aún queda camino y, en el trayecto de éste, algo puede cambiar en mí.
Como es lógico, toda esta idea no nació sola, la motivación para lograr llevar al mundo a la mencionada transformación social, es poder algún día ver felices a las personas, principalmente a los que hoy lo pasan mal. Mi meta es lograr el bienestar de niños que sufren el hambre o las violaciones de sus tíos, primos, padres y cualquiera en la calle. Quisiera erradicar a los gordos corruptos de los congresos de cada país, quisiera que desaparecieran todos esos desechos industriales tóxicos para La Tierra y tratar de cambiar un poco la mentalidad, pues la gente tampoco puede pretender que verá más tecnología, gastar electricidad todo el día y así no causar ningún daño, pues de ser así, se necesita maltratar mucho la tierra, inundar hermosos valles, llenar desiertos con paneles, derribar bosques para levantar molinos, o peligrar con plantas nucleares. Quiero lograr un cambio sustancial, de cabo a rabo de un planeta casi sin vuelta atrás, pero con gente que sepa luchar y no se rinda jamás.
Quiero seguir los pasos de hombres aguerridos y próceres de la lealtad a la Tierra y que me han otorgado la visión del mundo contemporáneo necesaria para buscar un cambio, como son San Alberto Hurtado, Martin Luther King, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, entre otros... y quiero acompañarlos, seguir ayudando y permutando corazones por otros más nuevos y mejores. Adicionalmente, puedo decir que tuve la fortuna de contar con una familia en la que siempre me inculcaron y criaron en la FE de Dios, y de no ser por ellos, yo ni siquiera estaría aquí, aun cuando su educación cristiana no surtió efecto pleno en mí, no es culpa de ellos, así que perdónalos, pues la culpa es tuya y sabes el por qué. Pero es gracias a ellos que tengo FE, en mi mismo y en los corazones de los demás, tengo FE en la Tierra, en mi planeta portador de vida y creador de la verdad.
Dicho lo anterior, es que quiero confirmarle a usted, que en algún lugar debe estar, descansando y rompiéndose las uñas tanto reírse de nuestra humanidad, que espero colaborar con mi grano de arena, con mis lágrimas de pena, de esfuerzo, de trabajo en equipo, con las lágrimas de mi gente, pero principalmente, con lágrimas de felicidad. El camino que he recorrido a lo largo de esta corta vida de preparación, no ha sido largos, lo sé, pero han sido años provechosos, donde el estudio ha sido fundamental para comprender y conocer más el mundo y he comprendido de mejor manera la visión de la vida, fortaleciendo mis ideales y logrando la felicidad tanto de mi familia, como la mía propia, por lo cual, le pido bendecir mi camino, de lo contrario, tendrá que asumir las consecuencias de sus actos.
Esperando poder contar con su palabra de aliento.
Me despido cordial y afectuosamente.
Boris Edgard
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