Un café y un cigarro
Tú, de negro y tu rostro blanco,
tus labios rojos, hipnotizándome.
Estabas ahí, simplemente mirándome
y de vez en cuando soltabas
una que otra palabra
mientras yo te hablaba
una que otra estupidez,
mientras buscaba qué conversar
nervioso y ausente...
Y en un momento,
sólo te paraste y me besaste.
En un momento
sólo tomaste una bolsa de hielo
y la rompiste contra el suelo,
con tu boca sobre la mía.
"Qué manera más hermosa
de terminar una conversación"
fue lo que pensé
en ese momento,
mas no sabía que era sólo el comienzo,
puesto que me dejaste sólo con el beso
entre mis labios
un poco pasible y un tanto excitado.
Me dejaste sólo ahí sentado,
mirándote mientras empezabas a hablar.
A decir una que otra cosa
mientras yo te asentía con mi cabeza
mientras decía algo estúpidamente chistoso.
Tomábamos café
y
nos fumábamos un cigarro.
¡Qué rico fue poder tomar un cigarro y fumar un café contigo!
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