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martes, 22 de febrero de 2011

Las nubes de mi verano


Las nubes de mi verano

Miles de nubes pasaron por mi verano, acomodándose en mi memoria, en mis manos, junto a personas que con ellas reposaron. Puede sonar raro, lo sé, pues fue un verano particularmente sofocante, ahogante, estresante y acalorante  -y todos los calificativos que le puedas agregar- pero tuvo algo en particular que le hizo desvariar en su irreconocible normalidad, pues sí, justo en medio de su descontrolable situación en la que lo único que quería era matar al sol -eso que siempre he de soñar, pero nunca he de lograr (o al menos eso quiero que todos crean)-, encontré algo que me hizo conocer más, ver más, caminar más, recorrer más y hasta ser un poco más... yo... Las nubes de mi verano, no fueron sino una provocación de un pequeño ser de carne, hueso y sangre, salido de las entrañas de una mujer increíble y concebido por uno de los hombres más maravillosos que podrían existir.

Ahora, un poco más literal, nació mi primer sobrinito, Bastián, hijo de mi hermano Victor y mi cuñada Ángela, es un bebé hermoso y me hizo tan feliz y me llevó a mundos incontables, me ha llenado de emociones y actitudes que no sabía que tenía y además de haber nacido en una actitud muy increíble
El día 09 de febrero de 2011 llegué a la ciudad alrededor de las 5 de la mañana, un día que pintaba -según meteorología- a ser un día terriblemente caluroso. Llegó a casa de mi hermano, pensando que en unos días (el 2602, específicamente) nacería el bebé, mas mi sorpresa es tremenda apenas saludo a mi cuñadita y recibo la noticia de golpe “Vamos a tener que ir a la clínica. Rompí fuente”. ¡Wow! Fue como si me hubiesen golpeado con un mazo en la cabeza y me llevó a imaginar cosas, como si el bebé me hubiese estado esperando o como si hubiera compartido mis ansias por conocerlo, que apenas escuchó de mi llegada, quiso salir. -Jajajaja- sé que es loco pensar eso, y tal vez muy egocéntrico de mi parte, pero de verdad, al tenerlo a él en mis brazos -¡de verdad!- pensé eso y me sorprendió lo que pasaba por mi mente, pero, es más, lo que veía fuera sólo respaldaba mi tesis, es como si el bebé quisiera decirme algo -¡sí! Parezco loco ¡LO SÉ!- pues, al mirar al ‘patio’ de la clínica (si es que se le puede llamar así) vi unas nubes rondar el cielo, sólo sonreí y pensé “es sólo coincidencia, el bebé no es; sólo coincide un día perfecto con el nacimiento de mi sobrinito” y al rato se larga el espectáculo maravilloso de la vida, comienza a llover de una forma espectacular, sencilla y preciosa. Es como si el bebé -que a todo esto es como un clon de mi hermano ¡es igual!- me estuviera diciendo “¡TENEMOS UNA CONEXIÓN ESPECIAL!”.

1 comentario:

Tania Medina S. dijo...

Lindo escrito y divino tu sobrinito...
Q gusto fue hablar contigo, espero q se repita...
Besos***